jueves, 30 de agosto de 2007

Junto con la Fundacion Pilotos Solidarios


El pasado martes 28/8 en el barrio de Palermo; la FPS, Fundacion Pilotos Solidarios de la que somos socios desde el 2004 en que Gerardo Solá comenzó sus incursiones al campo; realizó una PEÑA para recaudar fondos para los gastos operativos de sus viajes mensuales al monte.
Estuvimos presentes Flor, Lucre, Santi y Negro Solorza con amigos/as y aprovechamos la propuesta para mostrar los productos de la Ruta del Tejido..
Como siempre el amor por Santiago del Estero, su gente y sus expresiones culturales son los que nos une en cualquier ciudad o convocatoria que nos hagan !!
Gracias Florcita Gomez, 29 años, por ser colaboradora de ambas inst. e impulsar esta sinergia !

Jovenes en busqueda del Comercio Justo..

Con la coordinacion de Ma. Julia Beveraggi ( 30 años, relaciones institucionales del Ceibal AC en bs as ); el pasado sabado 25 de agosto se realizó en la Imprenta una feria de artesanias con la finalidad de testear el mercado porteño para las artesanias de los productores santiagueños y tucumanos que acompañamos.

Para esta actividad viajó Francisco Orellana, 27 años, del area gestion de negocios.
Fue una intensa experiencia que nos niveló como inst. a los fines de conocer mejor los productos y sus posibilidades.
Contamos con el espacio cedido de una socia y compañera de nuestra inst.:Paula Anchezar, 37 y arquitec; que nos prestó su estudio
y con la colaboracion de Mati, Flor, Guille, Lucre..y unas 20 personas que nos visitaron en las 4 horas que duró la feria dandonos sus impresiones acerca de la alta calidad de las artesanias, los diseños y lo oportuno del precio.
Al final de la tarde, con el cansancio y el aprendizaje,. confirmamos una vez mas, que a parte de las ventas ( necesarias para las artesnas ); a nosotros tambien nos une y nos encuentra el HACER JUNTOS.
Gracias a todos por su tiempo !






domingo, 26 de agosto de 2007

Embajadores del monte en Cuba

Entrevista a Adalberto Cuellar y Nancy Olivera, estudiantes de medicina santiagueños en Cuba.
Nada más y nada menos que 5.500 kilómetros los separan de sus hogares. Adalberto Cuellar y Nancy Olivera son dos jóvenes del Salado Norte a los que se les brindó la oportunidad de estudiar la carrera de medicina en Cuba gracias a unas becas tramitadas por la OCCAP (Organización Campesina Copo, Alberdi y Pellegrini), zonal del MOCASE y la Asociación Civil Chekcas Causa Cuna.
Muchos son los chicos y chicas que tienen que dejar atrás esta provincia en busca de trabajo y que luego no pueden volver por falta de oportunidades. Pero el caso de estos estudiantes es diferente puesto que aseguran que “en cuanto podamos ejercer nuestra profesión, regresaremos al Salado Norte a prestar servicio a las comunidades campesinas porque sabemos que es algo urgente y necesario”.
La vida es muy diferente en esa isla, donde no hay colectivos sino guaguas o camellos, y donde un kilo de carne es un bien de lujo casi imposible de encontrar. “Un año juntamos toda la yerba mate que traíamos los estudiantes argentinos –recuerda Adi, que va a comenzar su 6º curso allá-, y resultaron más de 80 kilos, estábamos preparados para pasar el año”. Rememorando sus primeras impresiones, el joven santiagueño cuenta: “Cuando llegué a Cuba me encontré con que es un país con una cultura muy particular y completamente distinto a lo que los medios de comunicación masiva nos intentan vender. Sobre todo es un país solidario, que comparte sus conocimientos y que nos ofrece educación, entre otros 10.000 extranjeros, a 500 argentinos. Incluso tenemos compañeros de EE UU. Se puede encontrar médicos cubanos trabajando en los países más pobres del planeta, como Haití. Por ejemplo, cuando sucedió la catástrofe del huracán Katrina, Cuba ofreció 5.000 médicos para atender a los heridos, y sin embargo, George Bush los rechazó”. Nancy confirma lo dicho: “Cuba es un país que siempre apuesta por la solidaridad. Ahora han financiado un proyecto por el cual se van a realizar 100.000 operaciones de cataratas gratuitamente en toda América Latina”.

De Altoalegre y San José del Boquerón a Camagüey
Nancy Olivera, que nació y creció en el departamento de Alberdi, va a comenzar su 4º año en la Universidad de Camagüey, con la esperanza de especializarse en cardiología. Recuerda lo difícil que fue para ella y su familia el tomar la decisión de marchar tan lejos: “La gente le decía a mi familia que me llevaban para extraerme los órganos o para ponerme la vacuna comunista… Fue difícil, pero la verdad es que ahora están super orgullosos de lo que estoy haciendo”. Cada vez tiene más amistades en la isla: “Al llegar a Cuba sólo conocía a una persona, y ahora ya casi somos como una familia”.
“El proyecto ALBA –explican los jóvenes-, lo gestionan entre Cuba y Venezuela. Se promueve que los alumnos extranjeros vayamos a vivir a casas de familias, donde se está mucho mejor que en las residencias, porque la gente tiene una calidad humana increíble”, explican los muchachos.
Hasta el momento 600 argentinos han pasado por la Escuela Latinoamericana de Cuba. Estos intercambios nacieron a raíz del huracán Mitch. Debido a la cantidad de pérdidas humanas que hubo, diversos grupos de médicos cubanos fueron enviados a los países devastados y allí fue donde ellos se dieron cuenta de la carencia médica que existe en América Latina.


“Siempre quise estudiar y recomiendo a mis hermanos que estudien. En Cuba es donde voy a pasar la mayor parte de mi juventud (5 años de carrera + medio año de adaptación), pero es lo que quiero hacer. Creo que la medicina es una carrera humanista con la que siento que puedo ayudar a la gente”, asegura Adi.
“En Cuba podemos realizar muchas lecciones prácticas, -explica Adi- y además los profesores están dispuestos a ayudarnos a estudiar o resolver dudas hasta las 3.00 de la mañana. El cubano no te hace sentir discriminado, y comparte todo lo que tiene contigo. Ellos me están dando unos estudios, comida… todo. Y algo que me gusta es que allí, un médico que sea una gran eminencia siempre se mezcla con el pueblo”.
“En cuanto a la juventud cubana, -comenta Adi- es algo complicado. Por un lado quieren cosas de las potencias capitalistas, como unas zapatillas Adidas. Yo tengo unas Adidas pero la diferencia entre nuestros países es que sé que si mi viejo se enferma, aquí no hay hospital para atenderlo”. Nancy destaca como valores fuertes de la vida en Cuba que “el arte es algo muy accesible para todos y el deporte está super estimulado”.
A Adi le encantaría especializarse en pediatría, pero “allá es descorazonador –comenta el joven- ver que es imposible comprar material médico a Europa o EE UU. Sabemos de un remedio muy bueno para la leucemia infantil y desde Cuba no se puede adquirir. Y más claro es el ejemplo del arroz, base fundamental de la dieta cubana. Comprarlo en EE UU saldría 10 centavos, pero por el bloqueo tienen que traerlo desde Vietnam”.
Los muchachos extrañan mucho su tierra, y su tierra los extraña a ellos, puesto que sólo vuelven a casa una vez por año. “El nacer acá te crea vínculos –asegura Adi-, sientes que te pertenece y que perteneces a este lugar. Es una relación profunda con el monte santiagueño. Si pudiera me llevaría todo Santiago para allá”.
(Publicado en Notiexpress el 22 de agosto. Blanca Enfedaque Losantos y Joaquín Romeo Serena)