domingo, 26 de agosto de 2007

Embajadores del monte en Cuba

Entrevista a Adalberto Cuellar y Nancy Olivera, estudiantes de medicina santiagueños en Cuba.
Nada más y nada menos que 5.500 kilómetros los separan de sus hogares. Adalberto Cuellar y Nancy Olivera son dos jóvenes del Salado Norte a los que se les brindó la oportunidad de estudiar la carrera de medicina en Cuba gracias a unas becas tramitadas por la OCCAP (Organización Campesina Copo, Alberdi y Pellegrini), zonal del MOCASE y la Asociación Civil Chekcas Causa Cuna.
Muchos son los chicos y chicas que tienen que dejar atrás esta provincia en busca de trabajo y que luego no pueden volver por falta de oportunidades. Pero el caso de estos estudiantes es diferente puesto que aseguran que “en cuanto podamos ejercer nuestra profesión, regresaremos al Salado Norte a prestar servicio a las comunidades campesinas porque sabemos que es algo urgente y necesario”.
La vida es muy diferente en esa isla, donde no hay colectivos sino guaguas o camellos, y donde un kilo de carne es un bien de lujo casi imposible de encontrar. “Un año juntamos toda la yerba mate que traíamos los estudiantes argentinos –recuerda Adi, que va a comenzar su 6º curso allá-, y resultaron más de 80 kilos, estábamos preparados para pasar el año”. Rememorando sus primeras impresiones, el joven santiagueño cuenta: “Cuando llegué a Cuba me encontré con que es un país con una cultura muy particular y completamente distinto a lo que los medios de comunicación masiva nos intentan vender. Sobre todo es un país solidario, que comparte sus conocimientos y que nos ofrece educación, entre otros 10.000 extranjeros, a 500 argentinos. Incluso tenemos compañeros de EE UU. Se puede encontrar médicos cubanos trabajando en los países más pobres del planeta, como Haití. Por ejemplo, cuando sucedió la catástrofe del huracán Katrina, Cuba ofreció 5.000 médicos para atender a los heridos, y sin embargo, George Bush los rechazó”. Nancy confirma lo dicho: “Cuba es un país que siempre apuesta por la solidaridad. Ahora han financiado un proyecto por el cual se van a realizar 100.000 operaciones de cataratas gratuitamente en toda América Latina”.

De Altoalegre y San José del Boquerón a Camagüey
Nancy Olivera, que nació y creció en el departamento de Alberdi, va a comenzar su 4º año en la Universidad de Camagüey, con la esperanza de especializarse en cardiología. Recuerda lo difícil que fue para ella y su familia el tomar la decisión de marchar tan lejos: “La gente le decía a mi familia que me llevaban para extraerme los órganos o para ponerme la vacuna comunista… Fue difícil, pero la verdad es que ahora están super orgullosos de lo que estoy haciendo”. Cada vez tiene más amistades en la isla: “Al llegar a Cuba sólo conocía a una persona, y ahora ya casi somos como una familia”.
“El proyecto ALBA –explican los jóvenes-, lo gestionan entre Cuba y Venezuela. Se promueve que los alumnos extranjeros vayamos a vivir a casas de familias, donde se está mucho mejor que en las residencias, porque la gente tiene una calidad humana increíble”, explican los muchachos.
Hasta el momento 600 argentinos han pasado por la Escuela Latinoamericana de Cuba. Estos intercambios nacieron a raíz del huracán Mitch. Debido a la cantidad de pérdidas humanas que hubo, diversos grupos de médicos cubanos fueron enviados a los países devastados y allí fue donde ellos se dieron cuenta de la carencia médica que existe en América Latina.


“Siempre quise estudiar y recomiendo a mis hermanos que estudien. En Cuba es donde voy a pasar la mayor parte de mi juventud (5 años de carrera + medio año de adaptación), pero es lo que quiero hacer. Creo que la medicina es una carrera humanista con la que siento que puedo ayudar a la gente”, asegura Adi.
“En Cuba podemos realizar muchas lecciones prácticas, -explica Adi- y además los profesores están dispuestos a ayudarnos a estudiar o resolver dudas hasta las 3.00 de la mañana. El cubano no te hace sentir discriminado, y comparte todo lo que tiene contigo. Ellos me están dando unos estudios, comida… todo. Y algo que me gusta es que allí, un médico que sea una gran eminencia siempre se mezcla con el pueblo”.
“En cuanto a la juventud cubana, -comenta Adi- es algo complicado. Por un lado quieren cosas de las potencias capitalistas, como unas zapatillas Adidas. Yo tengo unas Adidas pero la diferencia entre nuestros países es que sé que si mi viejo se enferma, aquí no hay hospital para atenderlo”. Nancy destaca como valores fuertes de la vida en Cuba que “el arte es algo muy accesible para todos y el deporte está super estimulado”.
A Adi le encantaría especializarse en pediatría, pero “allá es descorazonador –comenta el joven- ver que es imposible comprar material médico a Europa o EE UU. Sabemos de un remedio muy bueno para la leucemia infantil y desde Cuba no se puede adquirir. Y más claro es el ejemplo del arroz, base fundamental de la dieta cubana. Comprarlo en EE UU saldría 10 centavos, pero por el bloqueo tienen que traerlo desde Vietnam”.
Los muchachos extrañan mucho su tierra, y su tierra los extraña a ellos, puesto que sólo vuelven a casa una vez por año. “El nacer acá te crea vínculos –asegura Adi-, sientes que te pertenece y que perteneces a este lugar. Es una relación profunda con el monte santiagueño. Si pudiera me llevaría todo Santiago para allá”.
(Publicado en Notiexpress el 22 de agosto. Blanca Enfedaque Losantos y Joaquín Romeo Serena)

1 comentario:

  1. Nancy Olivera, que nació y creció en el departamento de Alberdi, va a comenzar su 4º año en la Universidad de Camagüey, https://doctorariobo.com/biografia-de-enrique-lopez-albujar/

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