Por Pablo DíazMagíster en Ciencias Sociales (FLACSO/Sede Argentina).
Estudiante del Doctorado en Ciencia Política y Becario CONICET , Escuela de Política y Gobierno de la Universidad de San Martín.
Proyecto “Transformaciones de la ciudadanía”.
En el marco de estudios de caso referidos a “conflictividad agraria”, este artículo tiene por objetivo destacar ciertos emergentes de la coyuntura en algunos países de la región a mediados del ‘08, para señalar como operan las relaciones de fuerzas sociales y políticas en torno a la disputa por la tierra donde intervienen los movimientos campesinos.
Entendiendo por movimiento campesino a la sucesión de acciones colectivas no-institucionales llevadas adelante por diferentes organizaciones de pequeños productores y trabajadores rurales independientes, que levantan como demanda tradicional el acceso y la permanencia en la tierra. Las recientes elecciones paraguayas, el persistente conflicto del agro argentino y las presiones gremiales en el campo uruguayo caracterizan el escenario de esta hora. Acontecimientos. En Paraguay la Organización Campesina de Misiones, el 19 de mayo ocupa por tercera vez un campo ganadero de 350 há de propiedad privada extranjera, pidiendo su incorporación al Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (INDERT). El mismo día en Itapúa campesinos del “Asentamiento 30 de julio” ocupan 1.500 há de un excedente fiscal ya denunciando al INDERT, mientras que en Edelira 70 miembros del “Asentamiento Rigoberto Algarín” amenazan con “ocupar las 100 há mecanizadas que la Fuerza Aérea Paraguaya le alquila a un ciudadano brasileño”. En la misma fecha pero en San Pedro, 200 campesinos de la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas (MCNOC) ocupan una reserva forestal de la colonia Ara Pyahu a los efectos de frenar un desmonte ilegal. El Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) expresa “su más firme condena a la invasión de propiedades y a todo acto de violencia o violación de las leyes nacionales” y reivindica “la protección de la inversión privada como herramienta insustituible del desarrollo rural. Mientras que Tokojojá (del eslabón débil de la Alianza Patriótica para el cambio) señala que las ocupaciones surgen por la corrupción del Estado, la necesidad y el “desgobierno de hace 60 años”.
En Argentina, entre abril y mayo el Movimiento Nacional Campesino e Indígena y el recientemente creado Frente Nacional Campesino toman posición respecto al lockout patronal agrario: se denuncia al gobierno nacional por promover el agronegocio y se condena al empresariado sojero concentrador.
El segundo gobierno kirchnerista busca un aliado en el campesinado dividido en estas dos corrientes que tienen su epicentro en Santiago del Estero, el mayor resguardo campesino de lucha por la tierra en la Argentina, donde existe un enfrentamiento intestino por los programas sociales de desarrollo rural.
La Federación Agraria Argentina (FAA; responsable del lockout) desconoce al Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), aunque uno de sus sectores mantenga su afiliación formal hasta el presente. En Uruguay el 12 de mayo se produce la tercer ocupación de “tierra para trabajar” de la historia nacional, esta vez lejos del territorio cañero, en el sur del país, a 60 kilómetros de la capital.
Allí el Movimientos de Aspirantes a Colonos de San José (de pequeños productores y asalariados rurales) toma 120 há que permanecían ociosas y que estaban a su vez bajo la órbita del Ministerio de Economía y Finanzas.
La ley de castigo penal a las ocupaciones de tierra (sancionada en abril de 2007) no se aplica, en el entendido de que los activistas se convierten inmediatamente en “custodios” del bien, en una disputa con los empresarios linderos.
El 14 de junio el “Movimiento 10 de septiembre de 1815” ocupa 120 há en el Departamento de Tacuarembó (Colonia Los Charrúas), denunciando la lentitud del Estado para remover antiguas situaciones de irregularidad en tierras públicas.
Mientras tanto la Federación Rural del Uruguay denuncia a fines de mayo la “sistemática y constante amenaza al derecho de propiedad” y “la extranjerización de la tierra”, entre otros temas vinculados a la rentabilidad del sector. Correlación de fuerzas
En el escenario post-electoral del Paraguay las fuerzas sociales aliadas a Lugo presionan por los cambios, la pata conservadora demuestra una tenaz resistencia de los intereses privados por encima de la función social de la tierra. La “invasión” de tierras es la manifestación de una iniciativa social para marcar el terreno del nuevo gobierno, pese a la debilidad de la representación política parlamentaria que tendrá el campesinado.
La búsqueda de gobernabilidad de Cristina Fernández es la tónica del momento actual de la Argentina: allí los campesinos encuentran una coyuntura altamente favorable para fortalecer sus organizaciones de resistencia en la tierra, que les permita dar un salto pro-activo, más allá de los matices internos; mientras que la FAA pierde en el campesinado un aliado estratégico, siendo que los pequeños productores (campesinos o no) podrían ser ahora base de un apoyo a medidas efectivamente redistributivas del gobierno nacional (si las tomara), en la búsqueda del necesario apoyo social post-electoral del segundo kircnherismo. El incipiente accionar colectivo no-institucional de los trabajadores rurales uruguayos cuestiona nuevamente el derecho de propiedad, aprovechando las fisuras en la clase dirigente y el primer año pre-electoral para remover la tímida y burocrática política de tierras. Mientras que la burguesía agraria nacional disputa el espacio político ante la extranjerización de la tierra con el gobierno frenteamplista. Gobierno que se balancea entre promesas de proyectos productivos con inversión pública y la no intervención en el mercado, los monocultivos y el modelo agro-exportador.
Conclusiones y escenarios posibles.El dinamismo del mercado de tierras, la suba de precios de los productos agrícolas exportables y el crecimiento económico de la región, generan tensiones estructurales, ante las cuales los actores sociales y políticos reaccionan.
El escenario del conflicto por la tierra actualmente es el campo; allí la resistencia campesina y la ocupación de tierras es utilizada como medida de expresión del movimiento popular ante los vaivenes electorales, los partidos progresistas y su arribo al gobierno. Toma de tierras y acciones de resistencia en la misma aparecen como medidas del actor más débil políticamente en la disputa, que mediante su accionar no institucional logra cuestionar el eje del modelo de acumulación: la distribución primaria del ingreso y de los factores económicos para su generación en la región. Una vez normalizados los tiempos políticos (pre y postelectorales, y conquistada la gobernabilidad) la lucha por la tierra cambiará de escenario: la institucionalización del reclamo (mediante leyes, creación de instituciones de desarrollo rural, asignaciones formales de tierras, etc.) dará lugar a negociaciones entre los movimientos y los gobiernos, en una correlación de fuerzas favorable a quien detenta el poder del Estado. Dependerá del aprovechamiento de la coyuntura actual el avance del accionar colectivo y del tejido de sus alianzas estratégicas (trascendiendo tensiones internas), la posibilidad de que los trabajadores rurales lleguen a tales escenarios con mayor peso a la hora del diálogo y la negociación por la re-distribución de la tierra.
BIBLIOGRAFIA De Souza, Hebert José; Pereira, Marcelo; Rubio, Enrique, 1985, “Coyuntura: respuesta y desafío”, Centro Uruguay Independiente, Montevideo. Diario “ABC.Color”, Martes 20 de mayo de 2008, Año 41, Nº 13.000, Asunción, Paraguay: Artículos sin Firma de mismo diario: -Portada, p.1-“Protección de la inversión privada. PLRA condena invasión de propiedades rurales”, p.11- “Un establecimiento ubicado en San Ignacio, Misiones. Por tercera vez invaden tierra de Vargas”,p.13- “Tekojoja culpa al gobierno de hace 61 años. Afirman que ocupaciones vienen por la corrupción”, p.13- “Desinterés de MCNOC y FNC en mesa de diálogo para tratar crisis campesina”, p.17Artículos firmados del mismo diario: Tomás Romero Pereira: “En el sur , ‘Sin Tierras’ aseguran que resistirán desalojo. Campesinos ocupan inmueble que serían de una agroganadera”, p.14Sergio Escobar Robert: “Obligaron a operador a parar apertura de camino. Ingresan a una reserva y toman de rehén a brasileño”, p.15Entrevistas: del Frente Nacional Campesino, MOCASE, MOCASE Vía Campesina (Santiago del Estero, Argentina), Mesa de Aspirantes a Colonos de San José y Movimiento Nacional de Aspirantes a Colonos (Uruguay). Federación Rural del Uruguay, 31 de mayor de 2008, “Declaración Final. 91 Congreso”, Depto. de Rivera, Uruguay.
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